viernes, 18 de mayo de 2012

7 Principios para el siglo XXI


¿Hacia dónde queremos ir, realmente?

Va extendiéndose el convencimiento, sostenido por cada vez mayor número de autores, que el siglo XXI se está caracterizando por un aumento permanente de la complejidad, de la mano de lo que no se duda en calificar como una auténtica aceleración histórica. Si consideramos esto como cierto, resulta lícito plantearse al menos un par de preguntas. Sabiendo que nos encontramos ante cuestiones cada vez más complejas ¿Cómo nos planteamos solventarlas? O lo que viene a ser lo mismo ¿Hacia dónde queremos ir, realmente?

Sabemos también que lo complejo debe ser abordado desde lo complejo, lo que significa incorporar permanentemente más perspectivas para su resolución, ya que como apuntó Einstein un problema no puede resolverse en el mismo nivel que se manifiesta. A pesar de este caudal de conocimiento, asistimos cotidianamente al intento de resolución de cuestiones complejas desde la simplicidad o desde el mismo nivel en que se producen. Y vivimos, por tanto, el también cotidiano fracaso de esos intentos erróneos en su misma raíz.

Nuestra propuesta persigue enumerar lo que consideramos 7 Principios para el siglo XXI, esto es, 7 Principios para progresar realmente en el siglo XXI. Respecto a la noción de Progreso que defendemos, es la misma que ya fue planteada en la Revolución que cambió nuestra edad a Contemporánea: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Consideramos que si la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad aumentan, el mundo progresa y no lo hace si no es así.

La Acumulación Constructora de Progreso

Ninguna de las ideas que expresamos, ni aún la que pudiera resultar más brillante o precisa, contiene poder suficiente para generar auténtico progreso. Consideramos que sucederá lo mismo si tomamos alguna más de ellas. Difícilmente lograrán su propósito. Ahora bien, lo que sí posee cada una de esas ideas es la capacidad de acumular “poder constructor de progreso”, por tanto no consideramos que deba escogerse ninguna de ellas para que ejerza a modo de fórmula magistral, sino que deben tomarse en su conjunto para que puedan hacer sentir, con toda su potencia, su poder constructor.

7 Principios para el siglo XXI

1. Todo es siempre escaso y abundante.
2. El esfuerzo individual debe ser reconocido.
3. Los resultados son parte inseparable del proceso.
4. Un ahora mejor para un mañana mejor.
5. Solo es sostenible la cooperación interesada.
6. La hibridación es el camino.
7. Verlo todo para abordar cada detalle.

Visualización Constructora de Progreso

Considerando la acumulación constructora, tomamos las ideas aportadas y tratamos de visualizar su acción conjunta, de forma que, tras su puesta en práctica coordinada, un observador de lo que está sucediendo en el siglo XXI pudiera reportar las siguientes notas.


  • La noción de recursos escasos va perdiendo fuerza en favor de la de recursos abundantes, esto lo motiva tanto el rechazo frontal a utilizar recursos cuyo poder esté en pocas manos como la creciente socialización del conocimiento. La expresión más notable es la perseverante sustitución de energías y otros recursos naturales así como de conocimientos que se encuentran en manos de monopolios u oligopolios. 

  • El esfuerzo individual es reconocido en todos los niveles como el único con capacidad para lograr los objetivos necesarios, también los sociales. La idea de cobertura de necesidades “per se”, alcanzables sin ningún esfuerzo, remite de manera clara salvo para grupos específicos de población. 

  • Los resultados no solo son el propósito deseado de los procesos, sino que son parte inseparable de los mismos. Se rechaza emprender procesos, en las empresas, en el sector público,  exclusivamente por la presumible bondad de los mismos ya que sin el logro de objetivos lo que sí queda demostrado en la ineficiencia de lo emprendido. 

  • La idea de sacrificar el ahora a favor del mañana se considera arcaizante e impropia de una sociedad avanzada ya que la única forma de asegurar un mañana mejor es hacer que el ahora ya sea mejor. Nadie, en cada vez más lugares, admite sacrificios que lo único que aseguran son penalidades reales hoy. 

  • La cooperación interesada es el argumento central de las alianzas y las redes a cualquier nivel. Se considera que la cooperación desinteresada porta el germen de la destrucción de la propia cooperación y es por tanto insostenible.

  • La hibridación que a primeros de siglo se extendía con fuerza en el nivel tecnológico abarca ya todos los niveles. Culturas y gentes de todos los lugares reconocen que tienen algo que aprender e integrar de quién, en principio, parecía muy lejano y diferente.  

  • Cada detalle es abordado y atendido y para ello se mantiene una permanente visión global generada desde el reconocimiento de que todo está interrelacionado. La creciente floración de organismos suprarregionales y mundiales es un hecho, como lo es que la solución de problemas globales avanza a buen ritmo. 

  • La utilización de recursos abundantes en combinación con el esfuerzo individual y la necesidad de resultados han impulsado la Libertad, mientras que el ahora mejor y la cooperación interesada han hecho lo mismo con la Igualdad. Por su parte la hibridación y la necesidad de verlo todo para abordar cada detalle ha generado un marco donde la Fraternidad ha empezado a ocupar un lugar decisivo. Si bien cada principio parece aportar más en un ámbito determinado, no podría hacerlo de no estar actuando los seis restantes.


Definición y notas de los 7 Principios

1. Todo recurso es siempre escaso y abundante

Todo recurso es siempre escaso y abundante en tanto que esa circunstancia depende fundamentalmente del dominio individualizado o disperso del mismo.

La noción de recurso escaso o abundante no tiene sentido desde una perspectiva histórica, baste anotar lo sucedido con el agua en algunos lugares antes del cultivo hidropónico o la capacidad lectora antes de la imprenta. Aquello que sí da sentido al concepto de recurso escaso o abundante es el hecho de si el mismo se encuentra individualizado, esto es, en poder de pocos en régimen de monopolio o oligopolio o si el mismo se encuentra disperso o en poder de muchos. Esto es tan cierto como lo es el hecho de que la expansión del conocimiento, alcanzando cada vez a más individuos, ha resultado ser el primer recurso para el progreso del homo sapiens. Esta cuestión, que el mundo digital está empezando a impulsar con una fuerza desconocida, debe abarcarlo todo, incluyendo tanto los recursos naturales como especialmente la energía. Un paso decisivo en la dirección adecuada es plantear de manera acelerada y en los mayores lugares posibles, el rechazo frontal a la utilización de recursos naturales o de conocimiento en poder de pocas manos.

La migración de recurso escaso  en poder de pocos a recurso abundante en poder de muchos es un paso cierto hacia el progreso de la Libertad.

2. El esfuerzo individual debe ser reconocido

El reconocimiento del esfuerzo individual debe ser pleno y abarcar todos los niveles sociales, ya que es la sociedad, lo colectivo, la primera beneficiaria de ese esfuerzo.

Es posible manifestar que cuando un grupo realmente grande de personas ponen en liza su esfuerzo individual es cuando únicamente puede hablarse de que se ha construido un esfuerzo colectivo. El esfuerzo colectivo, tan apelado en vano, sólo se hace real si previamente se ha dado el esfuerzo individual, de cada persona. Siendo además la capacidad de esfuerzo una de las principales cualidades humanas, privar a una persona de ejercer esa capacidad planteando un adocenamiento de la satisfacción de sus necesidades significa también privarle de su humanidad. De forma natural colectivos específicos de población, sobre los que exista un amplio consenso,  deben quedar al margen del riesgo de adocenamiento, siendo, en esos casos, el ofrecimiento del mayor apoyo posible una muestra inequívoca de progreso.

En tanto que el esfuerzo individual es privativo de cada persona es también una clara expresión de su Libertad.

3. Los resultados son parte inseparable del proceso

El propósito de todo proceso es la consecución de resultados y estos son siempre una parte inseparable de su realización.

El calificativo resultadista se utiliza frecuentemente con un claro sesgo peyorativo que al tiempo viene a significar, también a menudo, que se ha buscado un determinado fin sin reparar en los medios utilizados. Obviamente debe prescindirse de tal utilización de los resultados, pero en cualquier caso sí es posible afirmar que tan negativo puede ser el resultadismo como el abandono de la obtención de resultados esgrimiendo que el proceso vivido o realizado sí ha sido positivo. Debe rechazarse de forma clara esta última noción, todo proceso se encuentra al servicio de un objetivo, de un propósito y por tanto de un resultado, no puede separarse esto del proceso que lo pretende. En la empresa y en el sector público, vemos reiteradamente como se separa proceso de resultado, alegando que la bondad del primero puede compensar la ausencia del segundo. Tal pretensión es falsa además de ineficiente: la ineficiencia es siempre negativa y puede afirmarse que prácticamente en igual medida tanto si se trata de recursos privados como públicos. La ineficiencia empobrece a quién la práctica y eso es lo opuesto al progreso. No sólo no debe criticarse la necesidad de lograr objetivos sino que, bien al contrario, debe ser enaltecida, y debe serlo justamente en el sentido opuesto al resultadismo, ya que el logro eficiente siempre repara en los medios utilizados, en todos los niveles: materiales, inmateriales y éticos.

La fijación de objetivos y la voluntad de alcanzarlos es una expresión de Libertad absolutamente humanizante.

4. Un ahora mejor para un mañana mejor

El propósito y la consecución permanente de un ahora mejor es la única vía cierta para conseguir un mañana mejor.

Lo único cierto del mañana es que es incierto, por lo que si se debe sacrificar el ahora por un mañana mejor, aquello que también resulta ser cierto es que el hoy será duro y, por el contrario, no lo es que el mañana será necesariamente mejor. La reiteración de la necesidad del sacrificio, de la penalidad en el ahora, es una fórmula arcaizante impropia de un concepto contemporáneo. Fórmula que además comporta cierta indolencia intelectual, ya que aún en el supuesto de que el mañana resultara ser realmente mejor, eso sería el mínimo resultado exigible ante las penalidades demandadas. Resulta evidente que lo único que asegura un mañana mejor es que ahora ya sea mejor, de forma que el desplazamiento en el tiempo del ahora mejor devenga naturalmente en ese mañana mejor, lo que sí resulta ser cierto en su enunciado, una sucesión de hoy mejores aporta necesariamente una sucesión de mañanas mejores. Construir un mañana mejor exclusivamente desde un ahora mejor es fundamentalmente un cambio de enfoque que pasa por la negación de un recurso: empeorar el ahora. Es por tanto, primero una actitud que después desarrolla una aptitud. En todos los lugares posibles, debe ser exigido a las personas con responsabilidades sociales a cualquier nivel, también empresarial, que solo puedan ejercer esas responsabilidades si son capaces de imaginar y desarrollar un ahora mejor.

Ante el hecho incuestionable de que esfuerzos y sacrificios son siempre desiguales, es indudable que un ahora mejor es siempre un ahora mejor que solo puede ser para todos y que eso contribuye a un aumento de la Igualdad.

5. Solo es sostenible la cooperación interesada

La cooperación se encuentra en la base de la generación de alianzas y redes, y debe establecerse siempre desde un interés sólido y concreto de los llamados a cooperar.

La cooperación es la fórmula natural de abordar un mundo globalizado en el siglo XXI.  El cooperativismo porta en su propio nombre la misma raíz que la palabra cooperación y asume como un mandato la intercooperación, esto es, la cooperación entre cooperativas. Ninguna cooperativa, en ningún lugar, puede recibir el consejo de cooperar con otra de forma desinteresada, el único consejo posible es que lo haga de forma interesada, esto es, que tenga un interés sólido, real y concreto para hacerlo. Esto es así, porque a través de su larga experiencia, el cooperativismo ha aprendido que la falta de interés porta el germen de la destrucción de la pretendida colaboración. Cooperar entre empresas, estados, culturas, gentes y pueblos, sí, pero siempre desde el interés de todos los que integran esa cooperación, lo contrario puede tornarse en dádiva y por lo mismo, insostenible al estar sujeta al azar del tiempo concreto del dador.

Un aumento real de la cooperación interesada tiende a aumentar la situación de paridad entre los cooperantes, ya que contribuyen mutuamente a un interés que les lleva a esa cooperación, esto contribuye al aumento de la Igualdad.

6. La hibridación es el camino

Todo ha de seguir el camino abierto por la hibridación tecnológica, culturas, gentes y creencias, y en suma las formas de organización humana, deben aprender a sinergizarse.

La hibridación tecnológica está suponiendo un cambio de paradigma científico, basándose  en la generación de sinergias mediante la utilización de tecnologías de distinta procedencia. La hibridación tecnológica ha ensanchado de forma insospechada el abanico posible tanto de ideas como de productos. Resulta especialmente relevante que esto suceda con tecnologías que hasta el momento habían mantenido una evolución paralela y recíprocamente estanca. La hibridación es, por tanto, el camino y debe extenderse a todos los ámbitos y especialmente a los relacionados con culturas, gentes y también creencias religiosas y espirituales. En la hibridación no aparece un concepto jerárquico sino directamente enfocado a la obtención del objetivo deseado: la nueva y mejor solución. Nada es, por tanto, superior o inferior, lo relevante es su aportación. La hibridación supone abandonar el concepto de que una idea deba derrotar al resto y también todo intento de pensamiento único. En el mundo del siglo XXI las ideas deben ser capaces de entregar lo mejor de sí mismas al resto de ideas como vía para la generación de soluciones de progreso. Las formas de organización humana deben perder, como lo están haciendo las tecnologías, su carácter estanco para reconocer abiertamente que es posible aprender e integrar aspectos de todas ellas, en todas ellas.

Cuando los seres humanos y los grupos que conforman aprenden realmente unos de otros, la Fraternidad entre ellos aumenta.

7. Verlo todo para abordar cada detalle.

La capacidad de observar, ver literalmente todo, es imprescindible para poder abordar, tratar y atender en la debida forma cada detalle.

Cuando cada detalle debe ser abordado, tratado y atendido debidamente, se hace imprescindible mantener una visión global, de conjunto, que debe serlo para observar la interrelación que todas las partes tienen entre sí. Desde ese plano surgen dos cuestiones. La primera es la necesidad de generar un observatorio capaz de contemplar la cuestión en su conjunto. Observatorio que de la mano de la proactividad ha de tender a la capacidad de formular una propuesta y tras su lógica evolución a ser dotado de la capacidad para hacer realidad esa misma propuesta. La segunda cuestión es que atender debidamente cada detalle tiende a reducir la jerarquía entre los elementos perdiendo fuerza la idea de mayor o menor  ya que cuando todo debe ser atendido, todo tiende a ser relevante. La traslación práctica, que de alguna forma ya se ha ido recorriendo es la generación de organismos globales de carácter suprarregional o mundial y la llegado al convencimiento de que firma de acuerdos sólo es sostenible cuando es una firma entre iguales.

El desarrollo de organismos globales y la firma entre iguales supone un claro refuerzo de la Fraternidad.

Visión gráfica de los 7 principios








Tránsito de algunos de los Principios

Por su mera enunciación resulta evidente que algunos de los principios deben ser considerados en situación de tránsito ya que su utilización completa no resulta aplicable si bien, en todos los casos, sí resulta abordable aquí y ahora. La idea de tránsito presupone un punto de partida, un recorrido y un destino. En tanto que algunos Principios orientan a un destino necesitan un espacio temporal para ser alcanzados pero por lo mismo exigen una determinación clara e inexcusable que siempre es necesaria para fijar el destino y ponerse a caminar con carácter inmediato.

Principios y Acción

Todo y la voluntad de tránsito que acabamos de exponer, es evidente que la formulación de unos Principios no tiene porqué suponer una llamada a la acción, y por tanto resulta irrebatible la afirmación de que se trata de una aportación conceptual, es así, esta lo es. Y al mismo tiempo y por ello, no deja de formular lo mismo que también resulta bien conocido: los Principios que no consiguen ser llevados a la acción son un mero ejercicio pero sin duda, sin ninguna duda, resulta mucho más grave y con peores consecuencias: actuar sin Principios.



Marià Moreno
Constructor de Comunidad en Building Communities
Doctor en Administración y Dirección de Empresas




* El autor está especialmente interesado en conocer la opinión de las personas que lean estos Principios, por ello, ruega recibir la misma a través del Blog www.elblogdeconstruircomunidad.blogspot.com.es o por correo electrónico en mmoreno@grupintegral.es o a través de Twitter en @humanismoahora. Asimismo agradece la posible difusión de este documento, por cualquier medio, sin otro requerimiento que citar su fuente. Gracias, en cualquier caso, por tu lectura.