miércoles, 25 de julio de 2012

Cercanos y solidarios

La situación de este país no está como para tirar cohetes. El panorama del futuro próximo se antoja bastante oscuro y no contempla mejoras en lo que respecta al empleo, el consumo y la reconstrucción del tejido empresarial que debería liderar la recuperación económica. La ecuación fordista de mejores condiciones de trabajo y más ingresos igual a una economía creciente no casa con la espiral de recortes y disminución de poder adquisitivo que marcan las decisiones de los políticos. Confusión, impotencia y energía malgastada: tres expresiones para dibujar el estado de ánimo actual de muchos ciudadanos de a pie.

Este panorama, que bien podría llevar a la inacción tiene algunas consecuencias positivas que recojo como un bálsamo. Puede que leve, pero bálsamo al fin y al cabo. Me refiero a la cantidad de iniciativas que desde el ámbito privado se están tomando para hacer frente a la crisis. Iniciativas que toman personas con escasa formación en economía especulativa pero solemos demostrar un cierto sentido común, unos valores y un raciocinio que hoy parecen desterrados de la arena política europea.

Ahora es el momento donde quizás las redes tradicionales que han sostenido históricamente la sociedad de nuestro país adquieren un nuevo relieve. La familia, la vecindad y las amistades emergen de nuevo como el soporte preferente para muchas personas que han visto cómo sus vidas han dado un vuelco con la crisis. Las familias ven como sus vástagos vuelven a casa por no poder hacer frente al pago de hipotecas, los vecinos echan una mano a personas que no pueden cuidar a los niños o los ancianos y los amigos se han convertido en una suerte de agencia improvisada de empleo. La solidaridad se canaliza ahora y de manera natural a pequeña escala, dentro del entorno cercano y próximo.

Ante esta situación dónde la asistencia social estatal es menguante y el protagonismo de las redes y núcleos sociales cercanos crece surge una pregunta. Una pregunta que apunta al papel de las empresas en este tejido solidario e íntimo. Que apunta a si estas organizaciones tienen capacidad, poder y voluntad de retornar a la sociedad algo de los beneficios que está les ha proporcionado.
Dejo dos links de iniciativas solidarias que a veces son un destello de optimismo en los diarios.

El Banc dels Aliments
La Fundació Banc dels Aliments, organización orientada a recoger y aprovechar todos aquellos productos alimentarios desechados por empresas y profesionales, ha recogido durante el pasado fin de semana 20.000 quilos de alimentos en las comarcas de La Costa Brava. Esta iniciativa ha contado con el apoyo de supermercados locales e, incluso, de turistas.

Red de Axuda
Esta plataforma online, impulsada por el Ayuntamiento de Pontevedra con el fin de aglutinar las demandas de productos y de ayuda de las Organizaciones No Gubernamentales de la Provincia, canaliza hoy aportaciones solidarias de alimentos, dinero y productos de primera necesidad. La demanda ha crecido desde que en 2008 comenzara la crisis: sólo en el último año, por ejemplo, la asociación el Club de los Leones ha pasado de repartir 60.000 quilos de comida a entregar 105.000. Hay más demanda, sí, pero también ciudadanos y empresas que se implican con los donativos.