lunes, 13 de febrero de 2012

Compras y decisiones. Más allá de la emoción

Sabemos ya que la razón actúa cuando decidimos comprar un producto o consumir un servicio. Hoy no hay ya departamento de marketing o agencia de publicidad que niegue el inmenso poder que la emoción tiene en las decisiones de compra de las personas clientes. Estos dos atributos, razón y emoción, son necesarios pero no suficientes si lo que se pretende es fidelizar a las personas clientes y empezar junto a ellas una relación larga, duradera y satisfactoria.

Ese algo más es el sentido, que aporta trascendencia todos los actos de la persona y los conecta con algo más grande que ella misma. Si esa suma le da una palanca para que cuide de sí misma, o un de grupo social al que pertenecer; o es un soporte para cuidar de la mejor forma a su familia, o le brinda una posibilidad de contribución social, o le permite añadir vida a su vida.

Si vamos hasta la Razón, el producto y el precio deben ser nuestro foco, no hay más, si queremos sumar Emoción está claro que entonces aparece la persona. Solo la persona es capaz de sentir emociones, pero, si vamos hasta el Sentido ¿Qué más hay? No deja de ser una pregunta retórica, lo sabemos: Transcendencia, conectar con las decisiones vitales de la persona cliente.


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